Verba volant, scripta manent

sábado, 26 de febrero de 2011

Frases con historia: victoria pírrica

Todos hemos oído esa expresión en alguna ocasión, probablemente también la hemos utilizado. Pero, ¿por qué pírrica?¿Quién era ese tal Pirro y qué ocurría con sus victorias?
Allá por el siglo III a. C. Pirro era rey del Epiro, un reino montañoso del noroeste de Grecia, que se pasaba buena parte de su tiempo peleando con sus vecinos. Lo cierto es que Pirro admiraba a Alejandro Magno, con el que estaba emparentado (su padre era primo de Olimpia, la madre de Alejandro) y soñaba con emular a su pariente (que había muerto hace poco) y conquistar un imperio y pasar a la historia. Por eso Pirro, que era un gran general y un valeroso combatiente, se pasaba el tiempo buscando el modo de ampliar sus posesiones.
Mientras, en Italia, Roma seguía su imparable expansión y había puesto sus ojos sobre la Magna Grecia, las colonias griegas del sur de la península (Nápoles, Crotona, Tarento...). Fué precisamente Tarento la que, viéndose amenazada, envió embajadas pidiendo ayuda a varios reinos griegos, incluído el Epiro. Pirro aceptó enseguida; aquella era una gran oportunidad para extender sus dominios a Italia y, quizá, a África y al resto de Europa. Así que reunió un ejército, lo ambarcó y se presentó en Italia en el año 280 a. C. Casi enseguida, tuvo su primera batalla contra los romanos en Heraclea, donde tras un enconado combate logró hacer huir a los romanos gracias a un arma secreta inesperada para éstos: los elefantes. Sin embargo, la victoria había sido conseguida con un número de bajas tan alto que, viendo el campo de batalla sembrado de cadáveres, dijo: Otra victoria como esta, y tendré que regresar a Epiro solo.
Pirro ofreció un tratado de paz a los romanos, aunque a costa de severas sanciones territoriales, pero éstos se negaron. Entonces Pirro avanzó hacia Roma, pero cuando se hallaba a sólo una treintena de kilómetros, tuvo noticias de la llegada de un ejército romano y decidió retroceder hasta sus cuarteles.
Al año siguiente, romanos y griegos volvieron a verse las caras en Asculum (hoy llamada Ascoli Satriano), y se repitió la historia. De nuevo los elefantes fueron el elemento decisivo en la victoria de Pirro, pero de nuevo tuvo tantas bajas que, cuando era felicitado por sus aliados de la Magna Grecia, exclamó: ¡Otra victoria como ésta y estaré vencido!. Es por eso que se llama "victoria pírrica" a una victoria conseguida a un precio tan alto o con un margen tan escaso, que casi no merece la pena.
¿Qué fué de Pirro? Visto que los romanos no pensaban rendirse, negoció una tregua y cruzó el mar el 278 a. C. para irse a Sicilia, donde los griegos combatían a los cartagineses, esperando coronarse rey de Sicilia y regresar a la península con nuevas tropas. No le fueron bien las cosas: aunque al principio logró victorias y conquistas rápidas, cuando los cartagineses le ofrecieron una alianza contra los romanos él, imprudentemente, la rechazó, y fué derrotado en su intento de conquistar la ciudad de Lilibea. Quiso luego armar una flota para atacar a los cartagineses en África, pero sus aliados no estaban por la labor. Harto de los sicilianos, volvió con sus tropas contra los romanos, pero éstos estaban preparados y le derrotaron con claridad en Benevento (275 a. C.). Desencantado, harto de los italianos y habiendo perdido la mayor parte de su ejército, Pirro decidió volverse a Epiro, con la promesa de volver en ayuda de los tarentinos en cuanto pudiera. Ya en casa, Pirro buscó nuevas confrontaciones, contra Macedonia, contra Esparta y, finalmente, contra Argos, donde halló la muerte el 272 a. C. de una manera ciertamente poco gloriosa: combatiendo en las calles de la ciudad, una anciana le dejó inconsciente tirándole una teja desde una azotea y un soldado enemigo aprovechó para matarle.

Pirro

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