Verba volant, scripta manent

miércoles, 12 de octubre de 2011

El hundimiento del Britannic


HMSH Britannic

No, no me han bailado los dedos en el teclado. Es exactamente lo que quería escribir: Britannic. Es el barco de cuyo hundimiento os voy a hablar hoy.
El Britannic fué un buque de pasajeros de la armadora británica White Star Lane. Botado en febrero de 1914, era el tercero de la célebre clase Olympic, tras el Olympic y el celebérrimo Titanic. El Britannic era (por poco) el mayor de los tres (más de 269 metros de eslora y 48518 toneladas de registro bruto), pero, a diferencia de sus hermanos, nunca llegó a utilizarse para el fin que había sido construído. Según cuentan, iba a llamarse originariamente Gigantic, pero tras la catástrofe del Titanic se buscó otro nombre menos parecido.
En agosto de 1914 estalla la Primera Guerra Mundial y el Britannic, que todavía no estaba acabado, se ve obligado a cancelar su proyectado viaje inaugural. En 1915 el Gobierno británico requisa el barco y lo convierte en buque-hospital, repintándolo y realizándole algunas mejoras para acoger 3300 camas para heridos. Durante el año siguiente realiza varios viajes al Mediterráneo para evacuar soldados heridos. Su último viaje tiene lugar en noviembre de 1916. El 21 de noviembre, a las 8:12 de la mañana, mientras cruzaba el canal de Kea, en el archipiélago griego de las Cícladas, una enorme explosión abrió un boquete en el costado de estribor provocando su rápido hundimiento. El capitán Charles A. Bartlett trató de evitar el hundimiento embarrancando el buque en las costas de la cercana isla de Kea, pero no fué posible. Afortunadamente, y a diferencia de lo ocurrido con el Titanic, el Britannic llevaba a bordo suficientes botes salvavidas y la evacuación se llevó a cabo de manera rápida y eficiente. De las 1125 personas que iban a bordo, entre tripulantes, personal médico y heridos, sólo murieron 29, a consecuencia de un desafortunado accidente: dos botes arriados sin permiso de los oficiales fueron alcanzados por las hélices del barco. 
La causa oficial del hundimiento se atribuyó a una mina. Pero durante mucho tiempo circuló el rumor de que el responsable había sido un torpedo disparado por un submarino alemán. Por aquel entonces, la guerra conservaba una ligera pátina de honorabilidad y la mayoría de los combatientes de ambos bandos se abstenían de atacar al personal médico, sus instalaciones y sus transportes, siempre y cuando no se utilizaran para otros fines. Un ciudadano austríaco había informado erróneamente a las autoridades austrohúngaras de que el Britannic había embarcado soldados en El Cairo. Supuestamente, el alto mando alemán habría ordenado entonces atacar al trasatlántico. La prensa inglesa llegó a especular incluso con que los alemanes querían eliminar a un poderoso competidor en las líneas de transporte entre Europa y América.
Los restos del Britannic fueron localizados en 1975 por el mítico oceanógrafo Jacques Cousteau. En 1995 Robert Ballard, el descubridor del Titanic, exploró los restos con robots submarinos y halló el boquete de la explosión, que parecía sugerir una explosión interna, reabriendo el debate del motivo real de su hundimiento (algunos expertos afirmaron que el aspecto del boquete podía deberse a la deformación del casco al chocar con el fondo marino). En 2003, un nuevo equipo bajo el mando de Carl Spencer exploró el interior del barco y halló en las cercanías los restos de varios anclajes de minas, lo que parece refrendar la teoría oficial sobre el hundimiento.
El hundimiento del Britannic dió mas argumentos al rumor de que la mala suerte perseguía a los barcos de la serie Olympic. El Titanic y el Britannic se hundieron y el Olympic, tras varios choques, abordajes y averías, fué retirado del servicio en 1935 y desguazado.

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