Verba volant, scripta manent

sábado, 21 de enero de 2012

¿Qué fué de Ambrose Bierce?

                                            Ambrose Bierce


Estamos a finales del año 1913. El escritor y periodista Ambrose Bierce es un anciano, ya ha cumplido 71 años. Por fin ha concluído el proyecto que le ha ocupado sus últimos años, la recopilación y corrección de sus obras completas, una ardua tarea ya que muchos de sus relatos, artículos y las definiciones de su célebre Diccionario del Diablo se hallan desperdigadas por numerosas publicaciones por todo el país. Y ahora que ya ha concluído su último gran proyecto vital, se siente sólo, viejo y enfermo. Se divorció de su esposa en 1904 y sus dos hijos varones han muerto (Day, en una estúpida pelea de bar, y Leigh, a causa de una neumonía agravada por su alcoholismo). El único pariente con el que mantiene algún contacto es su hija Helen. Con este estado de ánimo, decide dejar su casa en Washington y partir a un último viaje. En su última carta a su hija, el 1 de octubre, le anuncia su intención de viajar a México (donde ha estallado la Revolución contra el presidente Porfirio Díaz) y especula con que no sería mala manera de morir si es fusilado allí.
Los siguientes meses los pasa recorriendo el sur de los Estados Unidos y visitando diversos campos de batalla de la Guerra de Secesión en los que combatió, y cuyas vivencias tanto marcaron su personalidad y su obra. Y en diciembre, cruza la frontera por El Paso hacia México.¿Qué iba a buscar allí? Quizá el viejo Bierce, misántropo, desencantado y muy escéptico en lo referente a la humanidad en general, quiso ver con sus propios ojos qué hacían aquellos hombres que se levantaban contra un poder arbitrario pidiendo justicia y libertad. El caso es que pasó al otro lado. Y no volvió a saberse de él.
Su hija, alarmada, pidió ayuda al Gobierno norteamericano, pero al investigación oficial no dió frutos. El último dato fehaciente que se tiene de él, una carta escrita el 26 de diciembre y dirigida a su amiga la periodista Blanche Partington desde la ciudad de Chihuahua. A partir de ese momento, no hay nada probado; todo es leyenda. En cualquier caso, lo más probable es que muriera en México en 1914.
Se da por hecho que en territorio mexicano se unió a las tropas revolucionarias o al menos lo intentó. La versión más extendida de su muerte dice que murió combatiendo contra el ejército de Díaz, algo poco probable, ya que Bierce era  un anciano y su salud estaba bastante deteriorada. Otras versiones cuentan que fué fusilado por orden del mismísimo Pancho Villa, a quien le habría disgustado que Bierce se hubiera burlado de él. Edward "Tex" O'Reilly, mercenario, periodista y escritor, afirmó que había coincidido con Bierce en Chihuahua, pero no llegó a hablar con él, y que más tarde fué asesinado por soldados mexicanos en el pueblo de Sierra Mojada, donde Bierce trataba de unirse a las tropas de Pancho Villa. En el pueblo circuló durante generaciones la historia de un "gringo viejo", bebedor y de mal carácter, asesinado por los soldados y que se reía de sus asesinos mientras éstos le disparaban, algo que cuadra bastante bien con el carácter sarcástico y vehemente de Bierce. Sin embargo, los principales investigadores sobre la vida y obra de Bierce dudan de dicha versión y se decantan preferentemente por situar la muerte del escritor durante el transcurso de la batalla de Ojinaga, el 11 de enero de 1914, donde también existen referencias documentales a un "gringo viejo" muerto en los combates.
No obstante, hay muchas otras teorías sobre su muerte, algunas interesantes, otras disparatadas y casi todas curiosas. Se dijo que había muerto de un ataque de asma en un hotelucho de Querétaro, y había sido enterrado en una tumba anónima. Hubo quién pretendió que nunca viajó a México, que todo había sido un montaje para encubrir sus verdaderas intenciones: en realidad, Bierce se había suicidado de un disparo en el Gran Cañón del Colorado. Otra teoría dice que acabó sus días en un manicomio en Napa (California), curiosamente cerca de la residencia de Miss Christiansen, su leal secretaria durante años. En 1915 hubo rumores que lo situaban en Francia, en plena Primera Guerra Mundial, acompañando al mariscal de campo británico Lord Kitchener. No faltan tampoco las teorías que tienden a lo rebuscado y fantasioso: que en realidad viajó hasta Honduras y Guatemala a espiar a determinados ciudadanos alemanes y japoneses que, a su vez, se creía que espiaban el funcionamiento del Canal de Panamá, o incluso ¡que acabó en la selva centroamericana, viviendo con una tribu salvaje que lo adoraba como a un dios!.
Sea como sea, ha pasado mucho tiempo desde su desaparición y, salvo que se produzca algún hallazgo documental importante (algo por otra parte muy poco probable) la suerte de Ambrose Bierce seguirá siendo un misterio.

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