Verba volant, scripta manent

sábado, 2 de junio de 2012

La espada de Aurangzeb

Abú Muzaffar Muhiuddin Muhammad Aurangzeb Alamgir (1618-1707), emperador mogol de 1658 a 1707

El imperio mogol fué un estado islámico establecido en el norte de la India a principios del siglo XVI, regido por una dinastía de origen persa descendiente del mítico Tamerlán (o Timur Lang, para ser más correctos). En su época de mayor esplendor llegó a dominar la mayor parte del subcontinente indio, así como la mayor parte de lo que hoy son Afganistán, Pakistán, Bangladesh, Nepal, Bután e incluso parte de Irán. Y Abú Muzaffar Muhiuddin Muhammad Aurangzeb Alamgir (1618-1707) fué su sexto emperador.
Aurangzeb (llamémoslo a partir de ahora así, ya que hay confianza) era hijo de Shah Jahan, el constructor del archiconocido Taj Mahal. A diferencia de sus antecesores, Aurangzeb era un musulmán estricto y bastante fanático. Además era muy ambicioso y belicoso y, siendo el tercero en la línea sucesoria, no reparó en los medios necesarios para llegar al trono: recluyó a su padre en prisión los últimos años de su vida e hizo ejecutar a dos de sus tres hermanos (el tercero, por lo visto, era el que más corría).
Lo cierto es que Aurangzeb pasó la mayor parte de su casi medio siglo de reinado guerreando. Combatió por todas sus fronteras para aumentar sus posesiones, a costa de dejar un imperio exhausto y dividido que poco después entraría en decadencia y sería derrotado por los iraníes, y que acabaría cayendo bajo el dominio británico a mediados del siglo XIX. Y el amigo Aurangzeb tampoco se caracterizó por su tolerancia: llevado por su fanatismo, destruyó numerosos templos de otras religiones, fundamentalmente hinduistas, y forzó conversiones en masa. Vamos, que la imagen con la que ha pasado a la posteridad no es demasiado positiva.
Damos ahora un salto en el tiempo hasta finales del siglo XIX. En 1875 se fundó la Universidad de Aligarh, a unos 150 kilómetros de Nueva Delhi, gracias al empeño de un político, educador y filántropo llamado sir Syed Ahmed Khan. La Universidad, conocida como "el Oxford del Este", es una de las instituciones educativas más prestigiosas de la India, surgió como un proyecto para educar a los musulmanes de la India tras las revueltas de 1857, y acabó siendo uno de los centros donde germinaron los movimientos independentistas de la India y Pakistán contra el imperio británico. Posee la considerada la segunda mayor biblioteca de Asia, con cerca de millón y medio de libros y miles de manuscritos, muchos de ellos verdaderamente extraordinarios, como un ejemplar del Corán datado en torno al siglo VII. Y eso, dentro de lo conocido, porque en sus distintas dependencias hay numerosos documentos y objetos sin catalogar, la mayor parte de ellos procedentes de donaciones que jamás fueron registradas, con lo que no se sabe muy bien lo que puede haber en ellos. Precisamente, hace algo más de un año, Ata Kurshid, el jefe de la división de manuscritos de la universidad, se hallaba revisando algunos de estos objetos no clasificados cuando decidió abrir un armario metálico con todo el aspecto de no haber sido abierto en décadas. Imaginaos su sorpresa cuando en su interior halló, entre otros objetos (como un set de escritura en zafiro que había sido propiedad del rey afgano Nadir Shah) una espada, que resultó ser, ni más ni menos que la mismísima espada de Aurangzeb. La espada, de acero con incrustaciones de oro y empuñadura dorada, está en perfecto estado... salvo por la ausencia de los cinco hermosos diamantes que lucía su empuñadura y de los que no hay ni rastro. Los propios dirigentes de la universidad reconocen que la escasez de fondos les impide revisar sus fondos con la minuciosidad que querrían, y ni ellos mismos se aventuran a decir qué tesoros quedan por descubrir aún en sus almacenes.

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