Verba volant, scripta manent

lunes, 28 de octubre de 2013

El verdadero Cocodrilo Dundee

Rodney William Ansell (1954-1999)

Aquellos que tenían ya uso de razón en los años ochenta, se acordarán sin duda de Cocodrilo Dundee, uno de los grandes éxitos cinematográficos de la década. La historia de un peculiar cazador australiano criado con los aborígenes en lo más recóndito de la espesura del interior de Australia, que se hace famoso tras ser atacado por un cocodrilo y sobrevivir varias semanas por sus propios medios hasta volver a la civilización, y que es llevado a Nueva York por una periodista de la que se acabará enamorando. Lo que muchos no saben es que un personaje real inspiró la historia.
Rodney Ansell nació el 1 de octubre de 1954 en Murgon (Queensland) pero con 15 años se trasladó con su familia al Territorio del Norte. Allí Rodney se adaptó de inmediato a la región y se convirtió en un consumado cazador, experto ganadero y un profundo conocedor de una de las regiones más inhóspitas de Australia, casi como si fuera un aborigen, de los que se hizo gran amigo y con los que pasaba largas temporadas.
Desde muy joven empezó a ganarse la vida como cazador de búfalos de agua (Bubalus bubalis) para comerciar con su carne. En mayo de 1977, después de una campaña de caza, decidió irse un tiempo para pescar por el río Victoria, diciéndole a su novia que iba a estar unos meses fuera, sin ser demasiado concreto. Navegando cerca de la desembocadura, su bote de pesca chocó contra algo (él siempre dijo que había sido una ballena o un cocodrilo gigantesco, pero posiblemente se tratase de una roca o un bajío sin señalizar) y se hundió. Ansell apenas pudo salvar una pequeña canoa, un rifle, un cuchillo, algo de comida y a sus dos perros, dos bull-terrier de ocho semanas. Esa misma noche, la corriente lo arrastró hacia el mar y su canoa acabó varando en una pequeña isla en la desembocadura del río Fitzmaurice, algo más al norte.
Ansell sabía que se hallaba a mas de 200 kilómetros de la población mas cercana, que tardarían meses en echarlo de menos y que cuando empezasen a buscarlo lo buscarían en el Victoria, no allí. Por eso decidió volver a tierra firme y dirigirse a pie hacia algún asentamiento.
Ansell pudo mantenerse a si mismo y a sus perros gracias a la caza y a los frutos silvestres. Su principal problema, sin embargo, no fue la comida sino la escasez de agua potable. En mas de una ocasión se vio obligado a beber la sangre de sus presas para no deshidratarse. Solía dormir encaramado en los árboles, para protegerse de los cocodrilos y las serpientes. Finalmente, después de 56 días perdido, por fin logró encontrar a dos ganaderos aborígenes que le ayudaron a volver, sano aunque algo demacrado, a la civilización. Aunque trató de mantener en privado su aventura (principalmente, para no enfadar a su madre por su imprudencia), finalmente en agosto su historia saltó a los medios y Rodney Ansell se convirtió en "el moderno Robinson Crusoe".
En 1979, su aventura fue contada en un documental titulado To Fight the Wild, que se estrenaría al año siguiente. En el se contaba fielmente la versión de Ansell de lo que había sido su aventura. Algunos, sin embargo, le pusieron pegas. Muchos sospechaban que su "excursión de pesca" tenía como finalidad cazar cocodrilos (algo prohibido por la ley) y también se preguntaban por qué Ansell no había sencillamente seguido en sentido inverso el curso del rio hasta encontrar a alguien. De todas maneras, el documental fue un éxito e hizo conocido a Ansell fuera de sus fronteras. En el 81, Ansell fue invitado a participar en el programa de Michael Parkinson, un popular periodista británico. La entrevista se grabó en Sidney y Ansell, que por primera vez visitaba una gran ciudad, fue alojado en un hotel de cinco estrellas, aunque prefirió dormir en el suelo, y quedó sorprendido al ver, por primera vez en su vida, un bidé. Ambas anécdotas se incluirían más tarde en la película.
Pero Ansell se sentía incómodo en la ciudad (aquella fama repentina le había costado distanciarse de muchos buenos amigos) y no tardó en volver a su hogar en el campo. Se había casado con Joanne van Os, una joven que trabajaba en una reserva aborigen y a la que había conocido en 1977 tras hacerse famoso. Con ella tuvo dos hijos, Callum (1979) y Shawn (1981). Sus primeros años juntos vivieron en una cabaña aislada lejos de la civilización, sin electricidad ni agua corriente. En 1985, pidió dinero prestado y compró una amplia extensión de terreno cerca del Parque Nacional de Kakadu, con la intención de crear una explotación ganadera, pero no de vacas ni de ovejas, sino de búfalos; planeaba capturar búfalos salvajes y criarlos en cautividad, para poder abastecer a los mercados sin necesidad de cazarlos. Ansell llamó a su rancho Melaleuca (nombre tomado de un género de plantas arborescentes que abundaban en la zona) y construyó una casa para su familia cerca del río Mary.
En 1986 se estrenó Cocodrilo Dundee. El actor Paul Hogan había sabido de la aventura de Ansell y de sus peripecias mientras estuvo en Sidney y le pareció un buen material para una película, cuyo guión coescribió. El éxito mundial sorprendió a todo el mundo, especialmente a Ansell, con quien nadie había hablado. Ansell llevó a Hogan ante los tribunales, pero, pese a que la historia estaba clarísimamente inspirada en su vida (tanto en el diseño del personaje principal, como en el argumento, incluso muchas de las anécdotas de su vida habían sido incluidas en el filme) el juez falló en favor del actor, lo que llenó de amargura a Ansell, quien nunca recibió un solo dólar por los filmes.
A partir de ahí, la vida de Ansell cayó en una espiral descendente. Poco después, por orden del gobierno regional del Territorio del Norte, Ansell se vio obligado a sacrificar los 3000 búfalos que tenía en su propiedad, como parte de la Campaña para la Erradicación de la Brucelosis y la Tuberculosis Bovina (BTEC). A diferencia de otros ganaderos vecinos, Ansell no fue indemnizado por sus animales, ya que el gobierno no los consideró animales domésticos. Por si fuera poco, sus terrenos sufrieron la invasión de la Mimosa pigra, un arbusto invasor que se extiende con gran rapidez y forma densos matorrales espinosos, sobre todo en zonas húmedas. Arruinado, sin dinero para luchar contra la Mimosa, Ansell se vio obligado a malvender sus terrenos e irse con su familia. Este doloroso fracaso afectó también a su vida familiar; su matrimonio se resintió y acabó divorciándose en junio de 1991, quedándose su mujer con la custodia de sus hijos.
Arruinado y sólo, Ansell acabó cayendo en el consumo de drogas. Primero, cultivando y consumiendo marihuana y luego volviéndose adicto a las anfetaminas. El consumo habitual de drogas le llevó a la delincuencia (fue investigado como sospechoso de varios robos de ganado en ranchos al sur de la ciudad de Darwin, capital del Territorio del Norte), pero también afectó seriamente a sus facultades mentales, provocándole delirios paranoicos y brotes psicóticos que lo volvían irascible y violento. Una de sus ideas recurrentes era que una conspiración masónica había secuestrado a sus hijos y ahora lo acechaba a él.
El 2 de agosto de 1999, Ansell atacó violentamente, sin motivo aparente, al propietario de una explotación ganadera cercana a la autopista Stuart, a unos cincuenta kilómetros al sur de Darwin, lo que hizo que la policía estableciera controles en la zona. Uno de esos controles se colocó en el cruce de la autopista con una carretera secundaria conocida como Old Bynoe Road. En la mañana del día 3, el control estaba vigilado por dos policías, el sargento Huitson y el agente O'Brien. A eso de las 10.45 de la mañana, los agentes fueron sorprendidos por Ansell que, armado con un rifle, salió de entre unos matorrales y abrió fuego contra ellos, matando a O'Brien y sosteniendo un tiroteo de cinco minutos antes de ser a su vez abatido por Huitson.
Nunca se aclaró qué llevó a Ansell a atacar al ganadero o a disparar contra los policías en lugar de intentar huir campo a través (algo que, dado su conocimiento de la región, no le habría sido difícil). La opinión de los forenses es que en esos momentos era víctima de un brote psicótico derivado del consumo de anfetaminas que le hacía comportarse de manera violenta e irracional.
A petición de su familia, Ansell fue enterrado en Mount Catt, una zona remota de la región de Arnhmen Land, en una ceremonia aborigen a la que asistieron sus padres y sus hijos.

viernes, 25 de octubre de 2013

La gran estafa de Clifford Irving

Edith y Clifford Irving
Clifford Irving era un escritor que, a finales de los años sesenta, acumulaba ya una larga peripecia vital: había viajado por todo el mundo, iba ya por su cuarto matrimonio (a ninguna de las cuatro les había sido fiel), tenía tres hijos y había publicado varios libros, alguno con cierto éxito. Tras mucho vagabundear, se había asentado en las islas Baleares, mas concretamente en Ibiza, donde llevaba varios años residiendo.
Allá por 1970, en Palma de Mallorca, Irving se encontró con Richard Suskind, un viejo amigo suyo, tan viajero como él (había sido soldado en la Segunda Guerra Mundial, marino mercante, soldado del ejército israelí, había vivido en Francia, Italia y España, y por aquel entonces escribía libros infantiles). De sus conversaciones surgiría la idea de llevar a cabo uno de los fraudes literarios más famosos de la historia.
En enero de 1971 Irving se dirigió a su editorial habitual, la McGraw-Hill, presentándose como el agente literario del magnate Howard Hughes. Según contó a los ejecutivos de la editorial, Hughes se había puesto en contacto con él después de que su último libro, Fake! (una biografía del pintor húngaro Elmyr de Hory, uno de los mayores falsificadores de arte del siglo XX) le hubiera llamado la atención. Su intención era que Irving lo ayudase a redactar su autobiografía, un proyecto largamente acariciado y que quería mantener en secreto, y cuya redacción se basaría en una serie de largas entrevistas que ambos mantendrían en distintas partes del mundo (incluida una pirámide maya, algo que cuadraba bien con el carácter excéntrico de Hughes). Irving tenía carta blanca para negociar con las editoriales en su nombre. Y enseguida los representantes de McGraw le pidieron que se reuniera con ellos para llegar a un acuerdo.
La biografía de Howard Hughes era un caramelo difícil de rechazar. Había sido una de las figuras más destacadas de la sociedad norteamericana del siglo XX: multimillonario heredero de una gran empresa, brillante diseñador de aviones y piloto de pruebas de sus creaciones, productor de cine, amante de algunas de las mujeres más deseadas del país, como Katherine Hepburn, Rita Hayworth, Gene Tierney o Ava Gardner. Era un auténtico mito, y su biografía sin duda se convertiría en el acontecimiento literario de la década, y tendría aseguradas ventas millonarias. Por aquel entonces, Hughes llevaba más de una década retirado de la vida pública, viviendo como un ermitaño recluido en distintos hoteles centroamericanos (padecía un caso grave de trastorno obsesivo-compulsivo que le hacía tener ideas paranoicas y un miedo extremo a los gérmenes). Incluso algunos rumores decían que estaba gravemente enfermo o incluso muerto. Precisamente, ese fue uno de los motivos por los que había sido elegido por Irving y Suskind: creían que, por su reclusión autoimpuesta y su carácter esquivo y huraño, Hughes no se enteraría del montaje o no querría o no podría aparecer en público para desmentirlo.
Como prueba de sus palabras, Irving mostró a los negociadores de McGraw-Hill varias cartas supuestamente escritas por el magnate, pero que en realidad había falsificado. Finalmente, la editorial pagó 765000 $ por el manuscrito (una cantidad jamás pagada por los derechos de libro alguno), de los cuales 100000 serían para Irving y el resto para Hughes, pagados en cheques a nombre de H. R. Hughes (para cobrarlos, la esposa de Irving, Edith, abrió una cuenta en un banco suizo a nombre de "Helga R. Hughes").
Para redactar las falsas memorias, Irving y Suskind rebuscaron toda la información disponible sobre Hughes, incluidos recortes de prensa, los archivos de la editorial Time-Life (editora de las famosas revistas Time y Life) y una copia de las memorias de Noah Dietrich, antiguo colaborador de Hughes, que Irving había robado a su autor, James Phelan, quien intentaba encontrar quien la publicase. El libro (con anotaciones supuestamente de la mano de Hughes) pasó todas las pruebas a las que fue sometido, aunque algunas personas del entorno de Hughes expresaron sus dudas. La editorial anunció públicamente en diciembre de 1971 la publicación del libro para el siguiente marzo, con un gran despliegue publicitario. Y cuando el libro ya estaba listo, se habían impreso los primeros ejemplares y el engaño parecía estar a punto de triunfar, sucedió lo inesperado: Hughes volvió a dar señales de vida.
El 9 de enero de 1972, siete periodistas, que conocían a Hughes de años atrás y podían identificar su voz, se reunieron para asistir a una conferencia telefónica con el magnate, quien los había convocado dos días antes. Era la primera vez que Hughes hablaba en público en catorce años. Durante el encuentro (que fue televisado) Hughes afirmó no conocer de nada a Irving, ni haberse entrevistado con el jamás, negó haber escrito su biografía ni haber dado permiso para ello, y reveló que llevaba años sin salir de las Bahamas. Después del anuncio, Irving argumentó que se trataba de un impostor y el libro era legítimo, y se marchó con su mujer a su casa de Ibiza.
El abogado de Hughes, Chester Davis, presentó apenas unos días después denuncias contra Irving, McGraw-Hill, la revista Life (que planeaba publicar extractos del libro) y Dell Publishing (que iba a editar el libro en formato de bolsillo). Empezaron a aparecer nuevas pruebas de la falsificación; por ejemplo, James Phelan descubrió que en el libro había grandes fragmentos copiados literalmente de su manuscrito. Mientras, por su parte, la policía suiza investigaba la cuenta en la que había sido ingresado el dinero pagado por la editorial. Se identificó a Edith Irving como la persona que había abierto la cuenta y manejado el dinero. Interrogados en Ibiza, el matrimonio volvió a negarlo todo y dijeron haber sido suplantados. También se descubrió que las fechas de los supuestos encuentros entre Irving y Hughes no coincidían con los verdaderos movimientos del escritor (en realidad, estaba reuniendo información sobre Hughes o viéndose con alguna de sus amantes).
Finalmente, acosado por la ley y viendo cómo se acumulaban las pruebas en su contra, Irving decidió entregarse y confesar. El 28 de enero los Irving confesaron públicamente su delito y el 13 de marzo comparecieron, junto a Suskind, ante un tribunal federal acusados de fraude. El 16 de junio fueron declarados culpables; Irving, pese a que devolvió íntegramente el dinero, fue condenado a dos años y medio de cárcel, de los que cumplió diecisiete meses. Suskind, a seis meses (de los que cumplió sólo cinco por buena conducta) y Edith, a dos años, aunque la pena fue luego suspendida y sólo cumplió dos meses.
Tras su liberación, Irving se instaló en México durante unos años, para luego mudarse a Santa Fe y luego a Aspen, donde todavía vive llevando una vida discreta y tranquila. Siguió escribiendo, publicando numerosos libros (varios de los cuales fueron éxitos de ventas), incluida su Autobiografía. En 1981 publicó The Hoax, narrando los pormenores de la estafa.
En 2007 se rodó una película basada en el libro, también titulada The Hoax, protagonizada por Richard Gere. Irving no quedó nada satisfecho del resultado, acusando a la película de tener numerosos añadidos inventados y definiéndola como "un engaño sobre un engaño". La falsa autobiografía de Hughes se publicó en internet en 1999, y no sería editada como libro hasta 2008.
 
Y por último, dos "efectos colaterales" del escándalo. Primero, Hughes se vio obligado a mudarse, porque cuando se hizo público que llevaba varios años viviendo en un hotel de las Bahamas, las autoridades de inmigración bahameñas se dieron cuenta de que ni el ni sus asistentes tenían los permisos de trabajo ni de residencia necesarios para permanecer en el país. Y segundo, la relación de la estafa con otro sonoro escándalo sucedido en el 72: el caso Watergate. Al parecer, Richard Nixon temía que Hughes hablara públicamente de sus tratos con su hermano Donald Nixon (quien había recibido del millonario un préstamo de mas de 200000 $ en 1957, que se interpretó como una contribución encubierta a la carrera política de Richard). Aunque luego se demostró la falsedad de las memorias de Hughes, muchos creen que fue el miedo a que el magnate hubiera hablado con el Partido Demócrata el que impulsó a Nixon a ordenar colocar micrófonos en la sede del Comité Nacional demócrata.
Portada de la revista Time nombrando a Irving "Convicto del Año"

lunes, 21 de octubre de 2013

La carta de Mustafá


Es muy difícil hacer compatibles la política y la moral (Sir Francis Bacon)

El pasado 9 de septiembre se celebraron elecciones legislativas en Noruega. El gobierno resultante, formado hace sólo unos días, tiene como principal novedad que por primera vez forma parte de él el Partido del Progreso o Fremskrittspartiet (FrP), una formación ultraconservadora, populista y xenófoba que consiguió 29 de los 169 escaños del Parlamento noruego o Storting. El FrP se consolida así como la tercera fuerza política del país y consigue siete de los diecisiete ministerios del Gobierno, incluídas carteras estratégicas como Hacienda, Petróleo y Asuntos Sociales. Desde su fundación en 1973, el corpus político de este partido apenas ha cambiado: ultraliberalismo económico, reducción a la mínima expresión de la burocracia y la intervención gubernamental y rechazo frontal a la inmigración y la multiculturalidad.
El personaje clave de la historia del FrP ha sido Carl I. Hagen, su presidente entre 1978 y 2006. Fue su hábil dirección la que llevó a su partido de ser una formación minoritaria a convertirse en la segunda fuerza más votada en tres elecciones (1997, 2005 y 2009).
Uno de los puntos de inflexión en la historia del FrP lo supusieron las elecciones municipales de 1987. El FrP consiguió sus mejores resultados hasta la fecha, duplicando el porcentaje de votos del 6 al 12% en una campaña donde tuvo especial protagonismo uno de los bulos mediáticos más llamativos de la historia política noruega: la carta de Mustafá.
Hagen hizo referencia a la carta por primera vez el 7 de septiembre de 1987, cuando la campaña electoral enfilaba su recta final, en un mitin en la ciudad de Rørvik, para reforzar sus tesis sobre la inmigración. La carta, según él, le había sido enviada por un tal Mohammad Mustafá, un inmigrante musulmán que vivía en Oslo. Dicha carta decía así:

Para Carl I. Hagen, Parlamento, de Mohammad Mustafa, underhaugsv. 15, 0354, Oslo 2
¡Alá es Dios, y Mahoma, su profeta! Lucha usted en vano, señor Hagen. El Islam, la única fe verdadera, vencerá también aquí en Noruega. Un día las mezquitas serán tan comunes en Noruega como hoy lo son las iglesias, y mis bisnietos lo verán. ¡Yo se, y todos los musulmanes de Noruega lo saben también, que el pueblo noruego abrazará la fe y todo el país será musulmán!. Tenemos más hijos que ustedes, y muchos auténticos creyentes musulmanes llegan a Noruega cada año, hombres jóvenes en edad productiva. Un día la cruz infiel de su bandera desaparecerá.

El contenido de la carta se ajustaba perfectamente al discurso defendido por Hagen: la llegada contínua de inmigrantes, sobre todo musulmanes, con tasas de natalidad mas elevadas que las de los noruegos, amenazaba su sociedad y su cultura; de no ponerle freno a la llegada de extranjeros, corrían el peligro de ver desaparecer su forma de vida.
Ante la repercusión que tuvo la carta, el FrP empezó a utilizarla como bandera de su campaña. Fue una jugada exitosa; consiguió, como ya he dicho, duplicar su porcentaje de votos, apelando al miedo de las clases acomodadas y conservadoras, convirtiéndose en parte destacada de la escena política noruega.
Pero la historia de la carta no convenció a muchos. La prensa enseguida comenzó a investigar sobre su origen y su supuesto autor. El primer medio en hacer una investigación a fondo del caso fue el periódico Verdens Gang, que, dado que la carta traía remite, no tardó en ponerse en contacto con el auténtico Mohammad Mustafá, el cual negó haber escrito ninguna carta y afirmó sentirse víctima de una conspiración. Además, según se pudo comprobar, cuando la carta fue escrita, Mustafá hacía meses que se había mudado de la dirección que figuraba en ella, por lo que suponía que alguien copió su nombre de la guía de teléfonos.
Preguntado por la prensa, Hagen dijo que él creía de buena fe que la carta era auténtica y rechazó en todo momento que fuese una maniobra electoral de su partido y se defendió alegando que había sido la prensa la que había dado publicidad al asunto, ya que él había utilizado la carta dentro de una reunión para miembros de su partido. Mohammad Mustafá demandó a Hagen y al FrP por difamación, alegando que sabía que la carta era falsa y pidiendo una indemnización de medio millón de coronas; pero ambas partes llegaron a un acuerdo extrajudicial y el caso nunca llegó a los tribunales.
A día de hoy, el FrP sigue negando toda vinculación con la autoría de la falsa carta y nadie ha sido jamás señalado como autor del montaje.

viernes, 18 de octubre de 2013

El sargento José Mendoza López

José Mendoza López (1910-2005)
José Mendoza López nació en Santiago Ihuitlán (Oaxaca, México) el 10 de julio de 1910, aunque se crió en Veracruz. Su padre Cayetano murió ahogado antes de que él naciera y su madre, Cándida, de tuberculosis, cuando el pequeño José tenía apenas ocho años, lo que le obligó a irse a vivir con unos parientes a Mission y Brownsville (Texas), en cuyos campos comenzó a trabajar recogiendo algodón.
Pero siendo aún un adolescente, José empezó a recorrer los EEUU, yendo de un lado para otro, trabajando para subsistir y sin pararse mucho en ninguna parte. Hasta que un día, con 17 años, se metió en una pelea con un matón en Atlanta. Su oponente era bastante más alto y corpulento que José (que apenas medía 1'65 y pesaba 55 kilos), pero aún así el arrojado mexicano le tumbó. Casualmente, uno de los mirones atraídos por la pelea resultó ser un promotor de combates de boxeo, que ofreció a José hacerse boxeador profesional. Y, renombrado como "Kid Mendoza", José tuvo una fructífera carrera en el peso ligero. Entre 1927 y 1934, logró 52 victorias por sólo tres derrotas. Pero llegó un momento en que se cansó del boxeo. Y en 1934, tras un combate en Melbourne (Australia), conoció a un grupo de marineros norteamericanos, se fue de copas con ellos y acabaron convenciéndole de que se enrolara en la marina mercante (para ello, tuvo que falsificar su partida de nacimiento diciendo que había nacido en Mission).
Pasó los siguientes años recorriendo el mundo a bordo de distintos barcos. El ataque a Pearl Harbor, el 7 de diciembre de 1941 lo sorprendió en ruta de Hawái a California; al llegar a puerto, fue arrestado hasta que pudo demostrar que era mexicano y no japonés. En 1942, volvió a Brownsville, donde se casó con su novia Emilia Herrera y poco después se alistó en el ejército. Tras su adiestramiento en el Fuerte Sam Houston (Texas) y Camp Roberts (California), José Mendoza fue asignado a la Compañía K del 3º Batallón del 23º Regimiento de Infantería (2ª División) como operador de ametralladora. Enviado a Europa, estuvo estacionado varios meses en Irlanda del Norte, preparándose para el desembarco de Normandía.
José desembarcó con el resto de su división en la playa de Omaha, la que más resistencia alemana presentó y donde más bajas aliadas hubo de las cinco donde tuvo lugar el desembarco. Resultó herido leve y rechazó recibir tratamiento o ser evacuado para continuar peleando con sus compañeros (pudo ser peor, ya que una bala alemana impactó en su cartuchera, sin herirle). Con ellos luchó en Saint-Lô, en la toma de Brest y en otras acciones en Francia y Bélgica, y su brillante comportamiento le valió el ascenso a sargento y recibir el Corazón Púrpura y la Estrella de Bronce.
Pero la acción que verdaderamente haría famoso al sargento Mendoza tuvo lugar unos meses más tarde, durante la última gran contraofensiva del ejército alemán: la batalla de las Ardenas. El ataque a gran escala de las tropas alemanas a través de la región boscosa de las Ardenas (repartida entre Francia, Bélgica y Luxemburgo) comenzó el 16 de diciembre de 1944. Por aquel entonces, José y su compañía estaban en un pueblo belga llamado Krinkelt (a unos 150 kilómetros al este de Bruselas) y recibieron la orden de defender su posición ante la más que posible aparición de tropas alemanas camino de Amberes. Los soldados tomaron posiciones en las afueras del pueblo y José Mendoza, con su ametralladora Browning M1919 calibre .30 cubría el flanco derecho desde una trinchera fortificada. Sin embargo, el ataque alemán llegó por el flanco izquierdo. Sin pensarlo, el sargento agarró su ametralladora y salió corriendo para ayudar a sus compañeros. El único refugio que encontró fue un agujero poco profundo que apenas alcanzaba a cubrirle hasta la cintura; pero aún así, preparó su arma y abrió fuego, barriendo el ataque alemán. Poco después, Mendoza vió cómo entre la espesura aparecía un tanque alemán Panzer VI Tiger tras el cual avanzaban varios pelotones de infantería. Pese a que sabía que no tenía nada que hacer contra el formidable vehículo blindado y que la mayoría de sus compañeros habían retrocedido para hacerse fuertes en el pueblo, siguió disparando sin parar, concentrando su fuego en la infantería. Completamente solo, López resistió los intentos de los alemanes de flanquearlo y pillarlo por sorpresa. Un cañonazo del Tiger lo tiró al suelo, pero no estaba herido y enseguida se puso en pie y buscó un nuevo refugio desde el que seguir hostigando a los alemanes. Un segundo cañonazo del tanque lo derribó y le causó una conmoción, pero una vez mas volvió a levantarse. Siguió cambiando de posición sin dejar de hacer fuego sobre las tropas alemanas. Sólo cuando se le agotó la munición, retrocedió hacia las posiciones del resto de su unidad. No obstante, los alemanes, sea porque tenían prisa o porque no querían perder más hombres, pasaron de largo por Krinkelt, sin intentar tomarlo. En total, el enfrentamiento había durado desde las 11:30 hasta las 18:30 y en ese tiempo se estima que José Mendoza abatió al menos a un centenar de soldados enemigos.
Por esta acción, José Mendoza López recibiría la Medalla de Honor, la mas alta condecoración del ejército norteamericano, el 18 de junio de 1945, de manos del general James A. Van Fleet, comandante del 3er Cuerpo del ejército norteamericano.
Tras la guerra, Mendoza fue recibido como un héroe en Estados Unidos y también en México, donde el presidente Manuel Ávila Camacho le concedió la Condecoración del Mérito Militar, la mas elevada distinción militar mexicana. En una visita posterior, en 1948, el presidente Miguel Alemán Valdés le otorgaría la Orden Mexicana del Águila Azteca (aunque, estrictamente, es una distinción para extranjeros que han rendido servicios destacados a México).
Se mudó con su familia a San Antonio, donde consiguió un empleo en el Departamento de Asuntos de los Veteranos. En 1949 volvió a alistarse y en 1950 fue enviado a la Guerra de Corea, donde combatió hasta que uno de sus superiores descubrió quién era y fue trasladado a la retaguardia, donde se encargó de los trámites de identificación y entierro de los soldados caídos. Mas tarde fue trasladado a Japón, ejerció como reclutador y finalmente, encargado de mantenimiento en un depósito de vehículos, hasta que se retiró en 1973 con el rango de sargento mayor.
Falleció a causa de un cáncer el 16 de mayo de 2005, con casi 95 años. Sólo un año antes había fallecido su esposa Emilia, con la que había estado casado durante 62 años (tuvieron cuatro hijas, además de un hijo de un matrimonio anterior de Emilia). En su memoria, llevan su nombre una calle y un parque de Mission (Texas), además de un colegio en San Antonio. También hay una estatua suya en el Parque de los Veteranos en Brownsville. Está enterrado en el Cementerio Nacional del Fuerte Sam Houston.

martes, 15 de octubre de 2013

Isabella Denley



Isabella Denley era una preciosa niña australiana nacida en septiembre de 2002. Desgraciadamente, había nacido con una gravísima enfermedad: un caso grave de epilepsia que le provocaba violentos ataques, que comenzaron cuando tenía seis meses y que ponían en serio peligro su vida. Por suerte, un neurólogo del Royal Children's Hospital de Melbourne diagnosticó a tiempo la enfermedad y le prescribió la medicación adecuada. Una medicación que, lamentablemente, tenía efectos secundarios: insomnio e hiperactividad, entre otros. Pero era indispensable para mantener con vida a la pequeña.
Pero sus padres, Warren y Helena Denley, no pensaban igual. Decidieron que el tratamiento convencional era demasiado "tóxico" para Isabella y comenzaron a buscar alternativas "naturales y menos agresivas". Empezaron a visitar a diversos tipos de terapeutas y expertos en pseudomedicinas: homeópatas, expertos en el tratamiento con flores de Bach, dos osteópatas, un experto en Quinesiología Aplicada (no confundir con la Quinesiología a secas), un iridiólogo (que les dijo que Isabella estaba sana) y un psíquico que atribuyó los ataques de Isabella a que estaba "reviviendo un trauma sufrido en una vida anterior".
Durante ese período, Isabella fue ingresada varias veces por episodios convulsivos, lo que le hizo sospechar a su neurólogo que no estaba recibiendo el tratamiento adecuado, y llamó a los servicios sociales para que estudiaran el caso. Pero Warren Denley montó en cólera y no quiso volver a llevar a su consulta a la niña. Los servicios de protección de menores siguieron el caso durante un par de meses, pero acabaron archivando la investigación apenas un mes antes de la muerte de Isabella. El 19 de octubre de 2003, Isabella sufrió un fuerte ataque epiléptico en su casa de Kew y murió sin que se pudiera hacer nada por ella.
Tras su muerte, se inició una investigación sobre su caso. Aunque los padres de Isabella se mostraron reacios a colaborar con las autoridades, después de que las pruebas forenses demostraran que en el cuerpo de la pequeña no había rastro de los medicamentos que debía estar tomando, acabaron por reconocer que durante las últimas semanas de su vida, Isabella no había recibido su medicación y había sido tratada únicamente con preparados homeopáticos.
Y esto es lo que pasa cuando la gente cree que la "medicina alternativa" es realmente una alternativa a la medicina científica. Y es que, citando al gran Tim Minchin, cuando la medicina alternativa ha demostrado que funciona se la llama... medicina. No hay que dejarse engañar por el bonito envoltorio con que los engañabobos presentan sus pseudoterapias, con palabras como "natural", "orgánica", "equilibrio", "tradicional", "milenaria", porque es puro marketing, mil veces más peligroso que las "malvadas" multinacionales farmacéuticas de las que tanto abominan.

sábado, 12 de octubre de 2013

Séraphine de Senlis

Séraphine Louis, "Séraphine de Senlis", 1864-1942
El París de finales del siglo XIX y principios del XX era un hervidero donde los movimientos artísticos de vanguardia estaban cambiando la manera de entender el arte y a donde artistas de todo el mundo acudían buscando inspiración o reconocimiento. Pero además, también acudían galeristas y marchantes para hacer de intermediarios entre los artistas y los adinerados coleccionistas interesados en comprar sus obras.
Uno de estos galeristas era el coleccionista, escritor y crítico alemán Wilhelm Uhde. Abogado de una familia acomodada (su padre era juez), había estudiado Historia del Arte en Italia antes de instalarse en Paris en 1904, donde rápidamente entró en contacto con los círculos artísticos e intelectuales. Fue de los primeros en comprar obras de pintores como Pablo Picasso o Georges Braque y en 1908 abrió su propia galería, en la rue Notre Dame des Champs, en el barrio bohemio por excelencia, Montparnasse.
En 1912, Uhde se instaló en Senlis, una comuna situada unos cuarenta kilómetros al norte de Paris donde alquiló una pequeña casa. Al poco de llegar, Uhde descubrió un cuadro en casa de su casera que le llamó poderosamente la atención. Una naturaleza muerta de manzanas de un estilo colorista y un tanto ingenuo, que no se parecía a nada de lo que había visto hasta el momento. Preguntó a su casera acerca de su autor y ella, con una sonrisa, le reveló que el cuadro lo había pintado su criada Séraphine, la misma que cada mañana limpiaba el hogar del propio Uhde.
L'arbre de vie (1928)
Séraphine Louis había nacido en Arsy (cerca de Senlis) en 1864. Cuarta hija de un obrero y una campesina, había quedado huérfana siendo una niña, quedando al cuidado de su hermana mayor. Fue pastora de ovejas y con 18 años empezó a trabajar como sirvienta en el convento de las Hermanas de la Providencia en Clermont, donde estuvo veinte años, para luego servir como criada en varias casas de familias acomodadas de Senlis.
Séraphine apenas había ido a la escuela y por supuesto, carecía de cualquier tipo de formación artística. Pero eso no fue obstáculo para ella, que pintaba generalmente de noche, tras terminar sus muchas tareas cotidianas. Era una afición tardía, que había comenzado cuando contaba más de cuarenta años. Pocas personas sabían de esa afición suya, y ninguna de ellas daba la más mínima importancia a sus cuadros, que veían como una excentricidad de una criada solterona. Una idea reforzada por algunos de los extravagantes comportamientos de Séraphine, quien atribuía su inspiración a la Virgen (de quien era muy devota) y a los ángeles, y que en ocasiones salía al campo y hablaba con los árboles y los abrazaba, buscando ideas para sus pinturas. Además, tenía por costumbre mezclar la pintura que utilizaba con otros elementos, como cera de las velas de la iglesia, tierra del cementerio, e incluso sangre, propia o de animales. Pero Uhde estaba fascinado por la vitalidad y la originalidad de su obra, casi exclusivamente de temática vegetal y floral, encuadrada en el llamado "arte naif" (caracterizado por su sencillez e ingenuidad, sus colores brillantes y llamativos, su perspectiva intuitiva, con muchos puntos en común con el arte infantil). Le compró a Séraphine varios de sus cuadros para exponer en su galería parisina. Pero el estallido de la guerra en agosto de 1914 truncó sus planes. Como ciudadano alemán, Uhde tuvo que abandonar Francia con prisas. Los bienes que dejó en Senlis (incluidos los cuadros de Séraphine) se perdieron y su fabulosa colección de arte (que incluía 12 Picassos y 20 Braques, además de obras de Juan Gris, Henri Rousseau o Fernand Léger) fue incautada por el gobierno francés y subastada en 1921.
Grenades sur fond vert (1927)
Uhde no pudo volver a Francia hasta 1924. En 1927 volvió a Senlis y se reencontró con Séraphine, que había seguido pintando: había expuesto algunas de sus obras en la Sociedad de Amigos de las Artes de Senlis, e incluso había vendido alguno de sus cuadros a sus vecinos. Con el apoyo de Uhde, Seraphine empezó a pintar cuadros de gran formato, de hasta dos metros de altura. En 1929 Uhde presentó una exposición llamada "Pintores del Sagrado Corazón", dedicada por entero a obras de estilo naif, en la que además de Seraphine Louis se exhibían obras de Henri Rousseau, André Bauchant, Camille Bombois y Louis Vivin.
La exhibición fue un gran éxito, pero el crack económico de 1929 volvería a interrumpir la relación entre Uhde y Séraphine. Uhde no sólo perdió gran parte de su dinero, sino que muchos de sus clientes millonarios se arruinaron y no pudo seguirle comprando cuadros a Séraphine. Para ella supuso un golpe anímico terrible: se había hecho la ilusión de que gracias a sus pinturas podría pasar una vejez acomodada y sus esperanzas se esfumaban. Además, el dinero que había ganado se había evaporado: su falta de formación, su generosidad y su ingenuidad la hacían presa fácil para aprovechados y estafadores. Su ya delicado equilibrio mental empezó a resquebrajarse y Séraphine comenzó a vagar por las calles de Senlis anunciando el fin del mundo.
Arbre de Jessé (1927/28)
En 1932, Séraphine fue ingresada en el hospital psiquiátrico de Clermont aquejada de "psicosis crónica". No volvería a salir en libertad, ni volvió a pintar nunca. Aunque Uhde, por razones poco claras, dijo que había muerto en 1934, en realidad falleció el 11 de diciembre de 1942, a los 78 años, sola y olvidada por todos, en un anexo del hospital de Villers-sous-Erquery. Dicen algunos que murió de hambre; durante la ocupación nazi, la vida no era fácil para nadie, y menos para los internados en asilos o manicomios. Fue enterrada en Clermont, en una fosa común para indigentes. Su obra tardó décadas en revalorizarse y empezar a ser apreciada.

Les Grandes Marguerites (1925)

Arbre (1930)



domingo, 6 de octubre de 2013

Curiosidades sobre los gatos (II)

Los guepardos son los únicos felinos que en estado de reposo no mantienen las garras retraídas.
En la versión original de la Cenicienta, el hada madrina era un gato.
Los gatos casi nunca maúllan a otros gatos, sólo a las personas. Entre ellos recurren a ronroneos, silbidos y otros sonidos.
Un gato llamado Hamlet se escapó de su jaula durante un vuelo desde Toronto y se escondió tras los paneles de la bodega. Fue capturado siete semanas después; durante este tiempo, se estima que recorrió unos 600000 kilómetros.
Muchos gatos siameses son bizcos debido a que padecen hipoplasia retiniana, un defecto genético que les hace tener que desviar la mirada de uno o los dos ojos para poder formar una imagen nítida.
La espalda de los gatos es mucho más flexible que la nuestra porque tiene 53 vértebras, mientras que la humana tiene sólo 34.
Los gatos carecen de receptores específicos para el sabor dulce.
Los vestigios de gatos domésticos mas antiguos se hallaron en Chipre y datan del año 7500 a.C.
El primer gato enviado al espacio se llamaba Felicette y fue lanzado por los franceses en 1963. Sobrevivió al viaje.
A los gatos no les gusta el agua porque su pelaje se apelmaza cuando está mojado. La única raza de gato a la que le gusta bañarse es el Van Turco, originario de la región montañosa del lago Van (Turquía), que posee un pelaje cuya textura lo hace impermeable.
El gato más longevo del que se tiene noticia se llamaba Crème Puff, nacido en Austin (Texas) el 3 de agosto de 1967 y que murió el 6 de agosto de 2005, tres días después de cumplir 38 años.
Towser fue un gato que vivía en la destilería Glenturret (Crieff, Escocia). Tras casi 24 años de leal servicio, falleció en 1987 habiendo cazado 28899 ratones (aproximadamente tres diarios), lo que le hizo entrar en el Libro Guinness de los Records y que erigieran en su honor una estatua de bronce en su lugar favorito para tomar el sol. Sin embargo, su sucesor, Amber, no cazó un sólo ratón en los 16 años que estuvo en la destilería.
La primera exposición de gatos se celebró en Londres en 1871.
El patrón de la nariz de un gato es tan único como la huella digital de una persona.
Los gatos emplean un tercio del tiempo que están despiertos a acicalarse.
El color de un gato siamés depende de la temperatura ambiente. Por eso tienen más oscuras las partes más expuestas (rostro, patas, orejas, rabo)
El gato más caro jamás vendido fue Zeus, un híbrido de gato de Bengala (Prionailurus bengalensis) y gato doméstico de pelo corto, vendido por 100000 libras.

jueves, 3 de octubre de 2013

Presidente por un día

David Rice Atchison (1807-1886)

Dentro del sistema político norteamericano, existe una figura poco conocida en Europa, la del "presidente pro tempore". Se trata del segundo cargo en importancia del Senado, después del presidente, y lo eligen los propios senadores; tradicionalmente, se elige al senador del partido mayoritario que lleve más tiempo siendo senador de manera ininterrumpida, conocido como "Senador Senior". Sus funciones son formar parte de varios comités y comisiones, asumir algunas funciones del vicepresidente (que también es presidente del Senado) cuando éste está ausente y algunas cuestiones formales (es, junto al presidente de la Cámara de Representantes, a quien se le comunica oficialmente que el presidente es incapaz de asumir sus funciones, o que está en disposición de volver a hacerlo). Pero además el presidente pro tempore es la tercera autoridad en la línea de sucesión en caso de que algo le ocurra al presidente (después del vicepresidente y el presidente de la Cámara de Representantes). Sólo hay un caso en el que un presidente pro tempore haya tenido que asumir la presidencia: fue David Rice Atchison, que fue presidente por un día en 1849.
Atchison, nacido en Kentucky en 1807, se instaló en 1830 en Missouri, donde fue granjero y abogado (uno de sus clientes fue Joseph Smith, el fundador de la Iglesia Mormona). No tardó en entrar en política: en 1834 fue elegido diputado del congreso de Missouri, cargo que revalidó en 1838. En 1841 fue nombrado juez y en 1843, comisionado en el condado de Platte.
En octubre de 1843 fue nombrado miembro del Senado de los EEUU sustituyendo al difunto Lewis Fields Lynn, representando al Partido Demócrata. Cuando los demócratas consiguieron la mayoría en el Senado en 1845, Atchison fue elegido presidente pro tempore, cargo que mantendría hasta 1849; volvería a serlo de 1852 a 1854.
En 1848 hubo elecciones presidenciales; el candidato del partido whig, Zachary Taylor, batió al candidato demócrata, Lewis Cass. El mandato del presidente saliente, el demócrata James Knox Polk, terminó el día 4 de marzo de 1849... que justo ese año caía en domingo. No es un caso infrecuente; precisamente, en su segunda toma de posesión, a Obama le pasó lo mismo, y lo resolvió jurando el cargo dos veces: una, el domingo, en privado; y la segunda, el lunes, en una ceremonia pública. Pero Zachary Taylor, de profundas convicciones religiosas, no quiso jurar el cargo en domingo y pospuso la ceremonia al lunes. Dado que no había presidente ni vicepresidente, durante el período que fue de la medianoche del domingo 4 (momento en que expiró el mandato de Polk) hasta el mediodía del lunes 5 (en que Taylor juró su cargo) la presidencia de los Estados Unidos estuvo (al menos de manera teórica) en manos del tercero en la línea sucesoria, David Atchison (por aquel entonces, el presidente pro tempore estaba por delante del presidente de la Cámara de representantes; sus posiciones se invirtieron en 1886). Hay que decir que Atchison tenía entonces 41 años y medio, lo que lo convierte en la persona más joven que jamás haya ocupado (aunque sea brevemente) la presidencia de los EEUU.
Lo cierto es que Atchison tampoco se emocionó demasiado por este breve mandato. Nunca reclamó ser reconocido como ex-presidente y de hecho, tiempo mas tarde, reconoció en una entrevista que se había pasado la mayor parte de su mandato durmiendo. La cercanía del final del mandato presidencial había provocado que los senadores tuvieran mucho trabajo durante los días anteriores y Atchison apenas había podido dormir durante esa semana.
Atchison fue senador hasta 1855. Se vio envuelto en los disturbios entre esclavistas y abolicionistas que rodearon las elecciones del recién nacido estado de Kansas en marzo de 1855 (Atchison era un defensor acérrimo del esclavismo). Posteriormente, cuando estalló la Guerra de Secesión, se puso del lado de la Confederación y fue nombrado general de la Guardia Estatal de Missouri. Tras el final del conflicto, se retiró a su granja cerca de Gower (Missouri), desde donde acabó retractándose de la mayoría de sus discursos pro-esclavitud de antes de la guerra.


P. D. En realidad hubo otro presidente pro tempore que alcanzó la presidencia, John Tyler (1841-45), pero en su caso llegó al cargo porque era vicepresidente cuando murió el presidente electo William Henry Harrison.