Verba volant, scripta manent

sábado, 3 de diciembre de 2011

Raoul Walsh, Errol Flynn y el cadáver de John Barrymore

John Barrymore


Errol Flynn

                                                 Raoul Walsh




John Barrymore, abuelo de la actriz Drew Barrymore, fué un extraordinario actor y miembro de una de las más ilustres sagas de actores del Hollywood clásico. Lamentablemente para él, compartía con casi todos los miembros de dicha saga un problema que les llevaría a una muerte prematura: el alcoholismo. En su caso, fué una agresiva cirrosis, complicada al final con una neumonía, la que le llevó a la tumba. Sus últimos meses los pasó internado en un hospital, donde todavía iban a visitarle algunos de sus amigos más cercanos, entre ellos, el actor Errol Flynn (otro ilustre crápula) y el director Raoul Walsh. Ambos fueron protagonistas de una chocante aventura cuyo tercer vértice fué el cadáver de Barrymore.
John Barrymore murió el 29 de mayo de 1942. Rápidamente se avisó a los allegados, entre ellos Walsh y Flynn, que estaban en casa de éste último. Parece ser que ambos habían estado bebiendo y se encontraban algo "perjudicados". Se pusieron a recordar y a brindar por el buen amigo, hasta que Flynn tuvo que irse. Walsh se enteró poco después de que el cuerpo de Barrymore estaba en la funeraria de los hermanos Malloy. Casualmente, él conocía a uno de los Malloy, que había sido actor y había trabajado a sus órdenes. Esta coincidencia, ayudada por la generosa cantidad de alcohol ingerido, le inspiró una idea un tanto alocada. Se presentó en la funeraria y le pidió a su conocido llevarse un par de horas el cadáver de John, diciendo que era para que pudiera despedirse de él un amigo muy querido. El tal Malloy, que al parecer también había estado bebiendo, no le puso impedimento alguno, y Walsh cargó el cuerpo en su camioneta y lo llevó a casa de Flynn, donde con ayuda del mayordomo de éste (al que le dijo que el señor Barrymore estaba "algo indispuesto") lo metió en casa y lo sentó en un sillón, colocándole una copa en una mano y un cigarrillo en la otra, y se sentó esperando el regreso del actor. Cuando Errol Flynn, triste y cabizbajo por la pérdida de su amigo, entró en el salón, lo primero que vió fué el cuerpo de Barrymore, sentado donde había estado tantas otras veces. El propio Walsh cuenta que Flynn se quedó paralizado un segundo y luego saltó por una ventana al jardín (por suerte estaba en la planta baja), negándose a volver a entrar en la casa (pese a que Walsh le decía que viniera a saludar a John) hasta que que el director se llevó el cadáver de vuelta a la funeraria. Una vez allí, Malloy le preguntó: ¿Adonde se lo ha llevado, señor Walsh?. A lo que él respondió: A casa de Errol Flynn. Y el funerario le respondió: ¿Por qué demonios no me lo dijo antes? Le hubiera puesto un traje mejor.

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