Verba volant, scripta manent

viernes, 18 de octubre de 2013

El sargento José Mendoza López

José Mendoza López (1910-2005)
José Mendoza López nació en Santiago Ihuitlán (Oaxaca, México) el 10 de julio de 1910, aunque se crió en Veracruz. Su padre Cayetano murió ahogado antes de que él naciera y su madre, Cándida, de tuberculosis, cuando el pequeño José tenía apenas ocho años, lo que le obligó a irse a vivir con unos parientes a Mission y Brownsville (Texas), en cuyos campos comenzó a trabajar recogiendo algodón.
Pero siendo aún un adolescente, José empezó a recorrer los EEUU, yendo de un lado para otro, trabajando para subsistir y sin pararse mucho en ninguna parte. Hasta que un día, con 17 años, se metió en una pelea con un matón en Atlanta. Su oponente era bastante más alto y corpulento que José (que apenas medía 1'65 y pesaba 55 kilos), pero aún así el arrojado mexicano le tumbó. Casualmente, uno de los mirones atraídos por la pelea resultó ser un promotor de combates de boxeo, que ofreció a José hacerse boxeador profesional. Y, renombrado como "Kid Mendoza", José tuvo una fructífera carrera en el peso ligero. Entre 1927 y 1934, logró 52 victorias por sólo tres derrotas. Pero llegó un momento en que se cansó del boxeo. Y en 1934, tras un combate en Melbourne (Australia), conoció a un grupo de marineros norteamericanos, se fue de copas con ellos y acabaron convenciéndole de que se enrolara en la marina mercante (para ello, tuvo que falsificar su partida de nacimiento diciendo que había nacido en Mission).
Pasó los siguientes años recorriendo el mundo a bordo de distintos barcos. El ataque a Pearl Harbor, el 7 de diciembre de 1941 lo sorprendió en ruta de Hawái a California; al llegar a puerto, fue arrestado hasta que pudo demostrar que era mexicano y no japonés. En 1942, volvió a Brownsville, donde se casó con su novia Emilia Herrera y poco después se alistó en el ejército. Tras su adiestramiento en el Fuerte Sam Houston (Texas) y Camp Roberts (California), José Mendoza fue asignado a la Compañía K del 3º Batallón del 23º Regimiento de Infantería (2ª División) como operador de ametralladora. Enviado a Europa, estuvo estacionado varios meses en Irlanda del Norte, preparándose para el desembarco de Normandía.
José desembarcó con el resto de su división en la playa de Omaha, la que más resistencia alemana presentó y donde más bajas aliadas hubo de las cinco donde tuvo lugar el desembarco. Resultó herido leve y rechazó recibir tratamiento o ser evacuado para continuar peleando con sus compañeros (pudo ser peor, ya que una bala alemana impactó en su cartuchera, sin herirle). Con ellos luchó en Saint-Lô, en la toma de Brest y en otras acciones en Francia y Bélgica, y su brillante comportamiento le valió el ascenso a sargento y recibir el Corazón Púrpura y la Estrella de Bronce.
Pero la acción que verdaderamente haría famoso al sargento Mendoza tuvo lugar unos meses más tarde, durante la última gran contraofensiva del ejército alemán: la batalla de las Ardenas. El ataque a gran escala de las tropas alemanas a través de la región boscosa de las Ardenas (repartida entre Francia, Bélgica y Luxemburgo) comenzó el 16 de diciembre de 1944. Por aquel entonces, José y su compañía estaban en un pueblo belga llamado Krinkelt (a unos 150 kilómetros al este de Bruselas) y recibieron la orden de defender su posición ante la más que posible aparición de tropas alemanas camino de Amberes. Los soldados tomaron posiciones en las afueras del pueblo y José Mendoza, con su ametralladora Browning M1919 calibre .30 cubría el flanco derecho desde una trinchera fortificada. Sin embargo, el ataque alemán llegó por el flanco izquierdo. Sin pensarlo, el sargento agarró su ametralladora y salió corriendo para ayudar a sus compañeros. El único refugio que encontró fue un agujero poco profundo que apenas alcanzaba a cubrirle hasta la cintura; pero aún así, preparó su arma y abrió fuego, barriendo el ataque alemán. Poco después, Mendoza vió cómo entre la espesura aparecía un tanque alemán Panzer VI Tiger tras el cual avanzaban varios pelotones de infantería. Pese a que sabía que no tenía nada que hacer contra el formidable vehículo blindado y que la mayoría de sus compañeros habían retrocedido para hacerse fuertes en el pueblo, siguió disparando sin parar, concentrando su fuego en la infantería. Completamente solo, López resistió los intentos de los alemanes de flanquearlo y pillarlo por sorpresa. Un cañonazo del Tiger lo tiró al suelo, pero no estaba herido y enseguida se puso en pie y buscó un nuevo refugio desde el que seguir hostigando a los alemanes. Un segundo cañonazo del tanque lo derribó y le causó una conmoción, pero una vez mas volvió a levantarse. Siguió cambiando de posición sin dejar de hacer fuego sobre las tropas alemanas. Sólo cuando se le agotó la munición, retrocedió hacia las posiciones del resto de su unidad. No obstante, los alemanes, sea porque tenían prisa o porque no querían perder más hombres, pasaron de largo por Krinkelt, sin intentar tomarlo. En total, el enfrentamiento había durado desde las 11:30 hasta las 18:30 y en ese tiempo se estima que José Mendoza abatió al menos a un centenar de soldados enemigos.
Por esta acción, José Mendoza López recibiría la Medalla de Honor, la mas alta condecoración del ejército norteamericano, el 18 de junio de 1945, de manos del general James A. Van Fleet, comandante del 3er Cuerpo del ejército norteamericano.
Tras la guerra, Mendoza fue recibido como un héroe en Estados Unidos y también en México, donde el presidente Manuel Ávila Camacho le concedió la Condecoración del Mérito Militar, la mas elevada distinción militar mexicana. En una visita posterior, en 1948, el presidente Miguel Alemán Valdés le otorgaría la Orden Mexicana del Águila Azteca (aunque, estrictamente, es una distinción para extranjeros que han rendido servicios destacados a México).
Se mudó con su familia a San Antonio, donde consiguió un empleo en el Departamento de Asuntos de los Veteranos. En 1949 volvió a alistarse y en 1950 fue enviado a la Guerra de Corea, donde combatió hasta que uno de sus superiores descubrió quién era y fue trasladado a la retaguardia, donde se encargó de los trámites de identificación y entierro de los soldados caídos. Mas tarde fue trasladado a Japón, ejerció como reclutador y finalmente, encargado de mantenimiento en un depósito de vehículos, hasta que se retiró en 1973 con el rango de sargento mayor.
Falleció a causa de un cáncer el 16 de mayo de 2005, con casi 95 años. Sólo un año antes había fallecido su esposa Emilia, con la que había estado casado durante 62 años (tuvieron cuatro hijas, además de un hijo de un matrimonio anterior de Emilia). En su memoria, llevan su nombre una calle y un parque de Mission (Texas), además de un colegio en San Antonio. También hay una estatua suya en el Parque de los Veteranos en Brownsville. Está enterrado en el Cementerio Nacional del Fuerte Sam Houston.

7 comentarios:

  1. Este señor fue primo hermano de mi señora madre .oriunda del mismo pueblo que él, en el estado de Oaxaca, mi madre nos contaba esto, lo cual narró él a la familia en su visita a México.

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  2. Me gustaría poder haber conocido a sus hijos , el parecido entre mi abuela ( tía de él ) y mi tío José Mendoza López es idéntico , ya que mi abuela y su madre , eran hermanas .

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  3. Mi papá era presidente del poblado de Tamazulapan oax. Donde el sargento López a su visita le platico también lo que había vivido en la guerra. E incluso mi papá lo llevo de Tamazulapan a ihuitlan plumas a caballo. Donde el sargento perdió momentáneamente sus condecoraciones que portaba en su pecho. Una historia increíble. Me gustaría que comentarán más sobre está persona

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  4. Era de madrugada. Después de salir con varios acompañantes de México llego a Tamazulapan a pie. Donde mi padre lo recibió cuando se dirigía a visitar a su pueblo natal, mi padre platico con el hasta que amaneció y contó exactamente lo que aquí pude leer. Es increíble que está historia fuera real que la escuche de mi padre hace más de 20 años y aún la recuerdo exactamente.

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  5. Que historia tan increíble... Que valor del sargento Mendoza.. Mls respetos...

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  6. Como de película, deberían hacerle una resaltando su entrega y patriotismo. Ahhh y una estatua en su natal Oaxaca.

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