Verba volant, scripta manent

domingo, 10 de abril de 2016

El estado de Texlahoma


La región del norte de Texas y el oeste de Oklahoma ha sido tradicionalmente una zona rural y poco desarrollada. A menudo sus habitantes han sentido que las autoridades de sus estados los tenían en poca consideración. A principios del siglo XX, la situación que les preocupaba era sobre todo la carencia de vías de comunicación; apenas había en la zona carreteras dignas de tal nombre, sólo unos cuantos caminos polvorientos.
Hartos de esa situación, en los años treinta del siglo pasado aparece la curiosa propuesta de la creación de Texlahoma. Un empresario de Oklahoma llamado A. P. Sights propuso públicamente la secesión de 46 de los condados del norte de Texas y de 23 del oeste de Oklahoma para crear un nuevo estado, que tendría su capital en la ciudad texana de Amarillo. Un nuevo estado cuyos dirigentes se centrarían en construir carreteras y dotar a la región de todos los servicios cuyos habitantes demandaban.
La idea fue recibida con escepticismo, pese a que Sights afirmaba tener el apoyo de la mayoría de los representantes políticos de la región. También contó con el apoyo del entonces vicepresidente de los Estados Unidos, el texano John Nance Garner IV, apodado humorísticamente "Cactus Jack" porque en su día había sido un firme defensor de elegir como flor oficial de Texas a la flor del nopal (la elegida finalmente había sido la del altramuz de Texas). Garner siempre había defendido la idea de desgajar Texas en dos o mas estados (las voces malintencionadas decían que porque así su partido, el demócrata, tendría la oportunidad de tener más representantes en el Congreso).
Pero, al final, la propuesta quedó en nada. El apoyo popular a la idea fue mas bien escaso y el proyecto de Texlahoma quedó olvidado en un cajón.

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