Verba volant, scripta manent

miércoles, 31 de mayo de 2017

Películas que nunca se rodaron: Kaleidoscope, de Alfred Hitchcock


En la segunda mitad de los años 60 la estrella de Alfred Hitchcock comenzaba a declinar. Sus últimos filmes no habían tenido muy buena acogida: Marnie la ladrona había tenido pésimas críticas y Cortina rasgada (1966) había sido un fracaso en taquilla. Así que el veterano realizador británico decidió dar un giro brusco a su carrera y dirigir una película diferente, mucho más oscura, transgresora y perturbadora. Algo parecido a lo que había hecho en 1960 con Psicosis, pero más radical todavía.
El filme planeado por Hitchcock se iba a llamar Kaleidoscope y giraría en torno a la historia de un asesino necrófilo (inspirado en asesinos en serie reales como Neville Heath, John Christie y John George Haigh) que seduce mujeres y las atrae para luego torturarlas y asesinarlas. Todo ello con violencia explícita y elevadas dosis de contenido sexual. Su carácter innovador no solo se limitaría a la temática, también a la técnica: Hitchcock planeaba emplear recursos poco corrientes, tales como rodar con cámara al hombro, escenas desde el punto de vista del protagonista, o rodar con luz natural. Para el guión esperaba contar con alguno de sus anteriores colaboradores, y se puso en contacto con Robert Bloch (autor de la novela en la que se basó Psicosis), y con Samuel A. Taylor y Alec Coppel (autores del guión de otra de sus obras maestras, Vértigo). Según la idea de Hitchcock, la película tendría tres puntos álgidos, correspondientes a tres asesinatos: el primero en una catarata, el segundo en un barco abandonado y el tercero en una refinería de petróleo. 
Habría sido, sin duda, un filme revolucionario que habría cambiado la forma de entender el cine de suspense de la época. Sin embargo, cuando mostró el proyecto y algunas escenas que había rodado (sin sonido), los ejecutivos de la Universal quedaron espantados y lo rechazaron de plano. Hitchcock les hizo una contraoferta: filmar la película con un presupuesto mínimo, con un rodaje corto y actores desconocidos, pero aún así se negaron, temiendo que hundiese el prestigio del director. Al final, Hitchcock tuvo que renunciar a Kaleidoscope y en su lugar lo convencieron para dirigir Topaz (1969), un thriller de espías basado en un best-seller de Leon Uris, que supuso un rotundo fracaso tanto de crítica como de público.
Años más tarde, Hitchcock recuperaría algunas de las ideas y escenas menos escabrosas que había planeado para Kaleidoscope para utilizarlas en su película de 1972 Frenesí, también protagonizada por un asesino en serie con motivos sexuales, y en la que muchos ven una versión "suave" de Kaleidoscope.

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